En
búsqueda de evitar la propagación del SARS-COVID-2 los distintos gobiernos han
implementado medidas extremas incluyendo cuarentenas estrictas y confinamiento
que reduce la interacción social y afecta la vida normal de los individuos. Sin
embargo, no se ha tenido mucho en cuenta los impactos en la salud mental que
son realmente alarmantes. Uno de los trastornos que se debe vigilar y atender
con cuidado es la ansiedad, debido a que el desarrollo de la misma influye en
la aparición de otras patologías más graves como la depresión y consecuencias
fatales como el suicidio.
En
estas circunstancias nuevas hay más factores que son relevantes en la aparición
de patologías mentales como las medidas de distanciamiento, dificultad en la
comunicación con amigos y familiares, estancia solitaria durante la cuarentena,
el temor ante el posible contagio, obligaciones financieras, incremento de
peso, reducción de salarios, aumento de carga laboral, pérdida de empleo,
aumento de precios de productos básicos, tragedias familiares, presencia de
enfermedades crónicas entre otras son sólo algunas causas que pueden desencadenar
enfermedades tanto somáticas como psíquicas.
El
panorama entre el personal de salud también es preocupante, en este caso el
contacto directo y la exposición al contagio, las jornadas más largas y extenuantes,
la necesidad de aislarse de los familiares cercanos para evitar la diseminación
del virus, muerte de colegas, la falta de equipos de protección y de uso
médico, en algunas regiones el sobrecupo de pacientes y la falta de salarios, e
incluso el rechazo y amenazas de los demás habitantes han tenido su influencia
sobre la aparición de ansiedad, estrés y depresión en esta población
particular.
Estudios
realizados en países con los números de casos más elevados como China y España donde
las medidas fueron más estrictas han arrojado incrementos en los niveles de
ansiedad en pacientes que ya habían sido diagnosticados y aumento tanto de
casos nuevos como de complicaciones cada vez más frecuentes.
Es
necesario que se tenga en cuenta estas implicaciones sobre la salud mental que
son equiparables a las que puede ocasionar el virus, puesto que debe existir un
equilibrio entre mente y cuerpo, las medidas gubernamentales deben involucrar
personal capacitado para la atención en salud mental e incluir posibilidades
diagnósticas como pruebas de tamizaje y evaluación de patologías mentales que
permitan anticiparse al problema o tratarlo de manera oportuna.
BIBLIOGRAFÍA:
- El COVID-19: Cuarentena y su Impacto Psicológico en la población
- Niveles de estrés, ansiedad y depresión en la primera fase del brote del COVID-19 en una muestra recogida en el norte de España
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