ALCOHOLISMO


DEFINICIÓN OMS
Se emplea generalmente para referirse al consumo crónico y continuado; o al consumo periódico de alcohol que se caracteriza por un deterioro del control sobre la bebida; episodios frecuentes de intoxicación y obsesión por el alcohol y su consumo a pesar de sus consecuencias adversas.


El trastorno por consumo de alcohol puede ser leve, moderado o grave, según la cantidad de síntomas que presentes. Entre los signos y síntomas pueden encontrarse los siguientes:
  • Incapacidad para limitar la cantidad de alcohol que consumes
  • Deseo o intentos fallidos de reducir la cantidad de alcohol que consumes
  • Pérdida de mucho tiempo bebiendo u obteniendo el alcohol, o recuperándote de su consumo
  • Deseo fuerte o necesidad de beber alcohol
  • Incumplimiento de obligaciones importantes en el trabajo, la escuela o el hogar debido al consumo reiterado de alcohol
  • Consumo continuo de alcohol incluso cuando sabes que esto causa problemas físicos, sociales o interpersonales
  • Abandono o reducción de actividades sociales o laborales y pasatiempos
  • Consumo de alcohol en situaciones donde no es seguro, como al conducir o nadar
  • Desarrollo de tolerancia al alcohol, de manera que necesitas más cantidad para sentir su efecto o tienes un efecto reducido por la misma cantidad
  • Presencia de síntomas de abstinencia, como náuseas, sudoración y temblores, cuando no bebes, o beber para evitar estos síntomas
Con frecuencia, las personas beben para sentirse mejor o bloquear sentimientos de tristeza, depresión, nerviosismo o preocupación. Pero el alcohol puede:
  • Empeorar estos problemas con el tiempo.
  • Causar problemas de sueño o empeorarlos.
  • Aumentar en riesgo de suicidio.
  • Caídas, ahogamiento y otros accidentes
  • Violencia, agresión sexual o violación y homicidio
Factores de riesgo

  • El consumo de alcohol puede comenzar en la adolescencia, pero el trastorno por consumo de alcohol se manifiesta con mayor frecuencia entre los 20 y los 40 años, aunque puede presentarse a cualquier edad.
  • Consumo constante a lo largo del tiempo. El consumo excesivo frecuente durante un período prolongado o el consumo compulsivo frecuente pueden ocasionar problemas relacionados con el alcohol o trastorno por consumo de alcohol.
  • Comenzar a una edad temprana. Las personas que comienzan a beber, especialmente de manera compulsiva, a una edad temprana tienen un mayor riesgo de padecer trastorno por consumo de alcohol.
  • Antecedentes familiares. El riesgo de padecer trastorno por consumo de alcohol es mayor en las personas que tienen un padre u otro familiar cercano con problemas con el alcohol. Esto puede verse influenciado por factores genéticos.
  • Depresión y otros problemas mentales. Es frecuente que las personas con trastornos mentales, como ansiedad, depresión, esquizofrenia o trastorno bipolar, tengan problemas con el alcohol u otras sustancias.
  • Antecedentes de trauma. Las personas con antecedentes de problemas emocionales u otros traumas tienen un mayor riesgo de padecer trastorno por consumo de alcohol.
  • Factores sociales y culturales. Tener amigos o una pareja que beben con regularidad podría aumentar el riesgo de padecer trastorno por consumo de alcohol. En el caso de los jóvenes, la influencia de los padres, compañeros y otros modelos a seguir puede afectar el riesgo.
  • Con el paso del tiempo, tomar demasiado alcohol puede cambiar el funcionamiento normal de algunas áreas del cerebro asociadas con la experiencia de placer, el razonamiento y la capacidad de controlar tu conducta. Eso podría ocasionar un fuerte deseo de tomar alcohol para intentar recuperar los sentimientos positivos o disminuir los negativos.
CONSECUENCIAS

Después de la cafeína, el alcohol es la segunda sustancia psico-trópica más usada en el mundo y el tercer factor de riesgo para muerte prematura y discapacidad. Se considera el uso nocivo de alcohol como un problema de salud pública mundial los trastornos relacionados con el alcohol tienden a cronificarse, tienen impacto personal, laboral, familiar, económico y social. Además de relacionarse con varias enfermedades médicas graves, se vincula con otros tras-tornos mentales, violencia y accidentes de tránsito.
  • Cada año se producen 3 millones de muertes en el mundo debido al consumo nocivo de alcohol, lo que representa un 5,3% de todas las defunciones.
  • El uso nocivo de alcohol es un factor causal en más de 200 enfermedades y trastornos.
  • En general, el 5,1% de la carga mundial de morbilidad y lesiones es atribuible al consumo de alcohol, calculado en términos de la esperanza de vida ajustada en función de la discapacidad (EVAD).
  • El consumo de alcohol provoca defunción y discapacidad a una edad relativamente temprana. En el grupo etario de 20 a 39 años, un 13,5% de las defunciones son atribuibles al consumo de alcohol.
    En Colombia, el consumo de alcohol es ampliamente aceptado y promovido; de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud Mental, la prevalencia de vida de trastornos por uso de sustancias psicoactivas es de 10,6%; así,el abuso de alcohol es el trastorno más prevalente.
  Se calcula que 1 de cada 15 colombianos abusa del alcohol con una proporción hombre a mujer de 5 a 1. A pesar de la gravedad y el impacto global de los trastornos relacionados con el alcohol, estas entidades son subdiagnosticadas; algunos estudios reportan que a pesar de que el consumo de alcohol está presente en el 20% a 50% de todos los pacientes hospitalizados, solo un 5% son diagnosticados.

Complicaciones

  1. El alcohol deprime el sistema nervioso central. En algunas personas, la reacción inicial puede ser la estimulación. Sin embargo, a medida que sigues bebiendo, te vas sedando.
  2. La ingesta excesiva de alcohol te afecta en el habla, la coordinación muscular y los centros vitales del cerebro. 
  3. Puede, incluso, provocar un coma potencialmente fatal o la muerte. Esto es particularmente preocupante si tomas ciertos medicamentos que también deprimen el funcionamiento del cerebro.
  4. El flujo sanguíneo cerebral del hemisferio frontal derecho aumenta por los efectos del alcohol y produce euforia.
  5. Las bebidas alcohólicas son depresoras de la función sexual. 
  6. El consumo excesivo de alcohol conduce, a largo plazo, a la aceleración de los procesos arterioscleróticos que afectan el calibre de las arterias que conducen la sangre al pene (cuerpos cavernosos).
  7. En los casos más graves se puede producir desmielinización de la médula espinal, proceso que implica complicaciones en la transmisión de los impulsos nerviosos. 
  8. Síndrome del feto alcohólico, por la alta solubilidad del alcohol y del acetaldehído, que permite su circulación libre en la sangre de la madre y del feto.
  9. El alcohol tiene la condición de antielemento, disminuye notablemente el apetito, produce calorías vacías (que no generan energía),
  10. Aunque el alcohol no es determinante de cáncer por acción directa sobre los tejidos, sí es un disolvente muy efectivo para las sustancias cancerígenas y permite la libre circulación de estas por todo el organismo

Efectos sobre tu salud

Beber demasiado alcohol en una sola ocasión o a lo largo del tiempo puede ocasionar problemas de salud, como los que se nombran a continuación:


  • Enfermedad hepática. El consumo elevado de alcohol puede aumentar la grasa en el hígado (esteatosis hepática), producir inflamación del hígado (hepatitis alcohólica) y, a lo largo del tiempo, ocasiona la formación de cicatrices y la destrucción irreversible del tejido hepático (cirrosis).
  • Problemas digestivos. El consumo elevado de alcohol puede provocar la inflamación de la pared que recubre al estómago (gastritis), así como úlceras estomacales y esofágicas. También puede interferir con la absorción de vitaminas B y otros nutrientes. El consumo elevado de alcohol puede dañar el páncreas o producir inflamación del páncreas (pancreatitis).
  • Problemas del corazón. El consumo excesivo de alcohol puede ocasionar presión arterial alta y aumenta el riesgo de padecer cardiomegalia, insuficiencia cardíaca o ataque cardíaco. Incluso un solo consumo excesivo de alcohol puede causar una arritmia cardíaca seria llamada fibrilación auricular.
  • Complicaciones de la diabetes. El alcohol afecta la liberación de glucosa del hígado y puede incrementar el riesgo de tener niveles bajos de azúcar en sangre (hipoglucemia). Esto es peligroso si tienes diabetes y te inyectas insulina para bajar el nivel de azúcar en sangre.
  • Problemas con la actividad sexual y la menstruación. El consumo excesivo de alcohol puede provocar disfunción eréctil en los hombres. En las mujeres, puede interrumpir la menstruación. 
  • Problemas en la vista. Con el tiempo, el consumo excesivo de alcohol puede provocar un movimiento ocular involuntario y rápido (nistagmo), así como debilidad y parálisis de los músculos oculares, debido a una deficiencia de la vitamina B1 (tiamina). Si no se trata rápidamente, una deficiencia de tiamina también puede estar asociada con otros cambios cerebrales, como la demencia irreversible.
  • Anomalías congénitas. El consumo de alcohol durante el embarazo puede provocar un aborto espontáneo. También puede provocar síndrome alcohólico fetal, por lo que se da a luz a un niño con problemas físicos y de desarrollo que padecerá durante toda su vida.
  • Daño en los huesos. El alcohol puede afectar la producción de masa ósea. Esta disminución de la masa ósea puede causar un adelgazamiento de los huesos (osteoporosis) y un mayor riesgo de sufrir fracturas. El alcohol también puede dañar la médula ósea, encargada de producir los glóbulos de la sangre. Es posible que esto provoque un recuento de plaquetas bajo, lo que puede ocasionar hematomas y sangrado.
  • Complicaciones neurológicas. El consumo excesivo de alcohol puede afectar el sistema nervioso, lo que provoca entumecimiento y dolor en las manos y en los pies, trastornos del pensamiento, demencia y pérdida de la memoria a corto plazo.
  • Sistema inmunitario debilitado. El uso excesivo de alcohol puede dificultar la resistencia del cuerpo a las enfermedades, lo que incrementa el riesgo de sufrir diversas enfermedades, en especial, la neumonía.
  • Aumento del riesgo de padecer cáncer. El consumo excesivo y prolongado de alcohol se ha relacionado con un mayor riesgo de padecer muchos tipos de cáncer, como cáncer de boca, garganta, hígado, esófago, colon y mama. Incluso el consumo moderado de alcohol puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de mama.
  • Interacciones entre los medicamentos y el alcohol. Algunos medicamentos interactúan con el alcohol, lo que incrementa sus efectos tóxicos. Beber mientras tomas estos medicamentos puede aumentar o disminuir su efectividad o hacerlos peligrosos.
TIPOS DE ALCOHÓLICOS:
  • El abstinente total es el que nunca bebe.
  • El bebedor excepcional: bebe ocasionalmente en cantidad limitada (1 ó 2 tragos) y en situaciones muy especiales (menos de 5 veces al año).
  • Bebedor social: sujeto que bebe sin transgredir las normas sociales (no satisface los criterios tóxico y determinista, pues el alcohol no le produce efectos biológicos y psicosociales nocivos y mantiene su libertad ante este.
  • Bebedor moderado: consume alcohol hasta 3 veces a la semana en cantidades menores que ¼ de botella de ron, 1 botella de vino o 5 medias botellas de cerveza de baja graduación. Hasta menos de 12 estados de embriaguez ligera al año.
  • Bebedor abusivo sin dependencia: sobrepasa la cantidad anterior, ingiere más de 20 % de las calorías de la dieta en alcohol (bebedor problema).
  • Dependiente alcohólico sin complicaciones: se establece la dependencia física cuya manifestación clínica está dada por la aparición en períodos de abstinencia de temblores severos, nerviosidad, insomnio, cefalea y sudoración. Pueden aparecer diarreas, subsaltos musculares o cuadros de delirium subagudo.
  • Dependiente alcohólico complicado: además de lo anterior presenta complicaciones psíquicas como el delirium tremens, la alucinosis alcohólica y la psicosis de Korsakov, o aparecen complicaciones somáticas como polineuropatía, esteatosis hepática, cirrosis hepática, cardiomiopatías y gastritis.
  • Dependiente alcohólico complicado en fase final: es notable el deterioro físico y psíquico, y su comportamiento social. Se reduce la tolerancia al tóxico y la aparición ocasional de cuadros convulsivos. Los pacientes presentan severos cuadros de desnutrición, puede aparecer cáncer del subsistema digestivo, entre otras.
TRATAMIENTO 

La familia ante la conducta alcohólica:los miembros de la familia que conviven con un adicto despliegan un conjunto de conductas adaptativas a la convivencia que se caracterizan por:
 - El desarrollo de comportamientos tendentes a proteger, controlar y cambiar al adicto
 - Intentar asumir la solución de la adicción
 - Reprimir o inhibir la manifestación de sentimientos y emociones.
Este conjunto de comportamientos sintomáticos mantienen la propia adicción. A esta conducta se la ha denominado co-dependencia y se la considera disfuncional, en el sentido de que perjudica a las personas que las asumen así como dificultan el proceso de autorresponsabilidad del adicto frente a su conducta adictiva.
Así pues, resulta observable que la familia atraviesa por diferentes momentos: - Al principio lo mas frecuente es que la familia minimice o niegue el problema. - En segundo lugar y cuando ya las señales de que existe el problema son demasiado evidentes, la familia suele intentar controlarlo - El resultado de este movimiento de intento de control es que la conducta y la vida del familiar empieza a girar alrededor del problema - Por último, a pesar de las soluciones intentadas se persiste en ellas y se cronifican. Esta descripción se corresponde efectivamente con la vida de muchas familias que cuentan en su seno con un familiar alcohólico.
Pero desde el punto de vista del terapeuta familiar es muy importante entender Cómo se gestan y que utilidad tienen, con el objetivo de disponer de la información necesaria para la intervención terapéutica. La cuestión clave desde el punto de vista familiar es qué utilidad puede tener para la vida de la familia que uno de sus miembros presente una conducta alcohólica. O dicho de otro modo, cómo esa conducta se incorpora al funcionamiento familiar y termina por convertirse en un elemento regulador de su vida.
Lo cierto es que a los terapeutas se les plantean diversas cuestiones muy importantes en ese momento:
 - La presumible falta de motivación del paciente para aceptar todos los cambios que han de producirse hasta lograr superar la dependencia
- Las capacidades o limitaciones personales con que cuenta el alcohólico para conseguir vencer su adicción
- La utilización de la terapia como una especie de tregua que disminuya el cerco que la familia le ha hecho
 - El deseo familiar del cambio pero sin tener muy claro que los familiares también han de cambiar sus conductas
 - Las propias limitaciones de las intervenciones terapéuticas, de los terapeutas y de los recursos que se disponen para el tratamiento

Cuando los terapeutas de familia se acercan al problema del alcoholismo, apreciamos un sufrimiento directamente relacionado y producido por la conducta del alcohólico sobre los de-más miembros del grupo familiar. La familia se presenta con dolor y percibiéndose a sí misma como víctima de la situación. Otras dos características son comunes en el momento en que se  solicita la ayuda: la primera, que es bastante común, que el alcohólico acepte la intervención por compromiso. Es decir, que en realidad está respondiendo mas a la presión a la que es sometido (a veces por coacciones y amenazas de los familiares y otras por remordimiento y sentimientos de culpa ante el daño que está ocasionando a sus seres queridos) que a una necesidad propiamente sentida como necesidad de cambio. Eso podrá traducirse a lo largo del tiempo de la intervención en fracasos repetidos y en una persistente y dolorosa sensación de impotencia. 

Sin embargo, los pacientes que recibieron terapia familiar o de pareja manifestaban de forma significativa menor uso de drogas después del tratamiento que los que recibieron otros tipos de terapia no-familiar, tanto en adultos como en adolescentes drogodependientes. En los casos en los que se empleó terapia familiar aumentó la tasa de retención en tratamiento y hubo menos abandonos - Específicamente, recibir terapia familiar fue más eficaz que recibir consejo individual y terapia grupal. Ello no quiere decir que otros abordajes no sean eficaces aunque podrían tener mejores resultados si se les añade terapia familiar - La terapia familiar consigue mejorar de forma significativa el funcionamiento en la familia

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