Es
el estado de equilibrio que debe existir entre las personas y el entorno
socio-cultural que los rodea. Incluye el bienestar emocional, psíquico y social
y además, influye en la manera como piensa, actúa, siente y reacciona una
persona ante las diversas situaciones de la vida.
La
Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud mental no sólo como
ausencia de trastornos mentales. La define como el estado de bienestar en el
que el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar
tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y
satisfactoria y es capaz de contribuir a su comunidad.
La
salud en general no existe sin la salud mental, pues esta última es primordial
para el desenvolvimiento humano, social y económico de las naciones y es
esencial para áreas de políticas públicas como asistencia social, derechos
humanos, educación y empleo.
La
forma como nos comportamos y nos relacionamos con nuestro entorno y con los
demás depende de las percepciones, pensamientos, emociones y creencias que se
originan a partir de factores genéticos, congénitos, biológicos, culturales,
sociales y de la historia particular de cada persona y de su familia.
¿Qué puede afectar la salud mental?
Algunos
de los factores que pueden afectar la salud mental son los siguientes:
- Experiencias personales desafortunadas (familiares, escolares, laborales)
- Inseguridad
- Desesperanza
- Rápidos cambios sociales
- Riesgos de violencia
- Problemas que afecten la salud física
Para
mantener una buena salud mental se deben tener hábitos alimenticios saludables,
realizar ejercicio con regularidad, conservar buenas relaciones
interpersonales, evitar el tabaco y el consumo de alcohol, dormir como mínimo 8
horas diarias, mantener el hábito de la lectura, entre otras cosas.
El
hecho de tener una buena salud mental nos permite gozar de buena salud en
general, rápida recuperación de enfermedades físicas, relaciones de calidad con
el entorno, estado de bienestar constante, perspectiva hacia un futuro
prometedor y finalmente, una mejor calidad de vida.
El
enfoque psicosocial y de salud mental en la atención a víctimas busca promover
la garantía de los derechos fundamentales mediante acciones de promoción y
prevención a aquellos individuos y poblaciones con riesgo específico como lo
son las víctimas del conflicto armado.
Se
refiere a alteraciones en el funcionamiento mental del individuo que se
presentan durante la vida cotidiana y que no tienen consecuencias
significativas para la adaptación ocupacional, familiar, de pareja o social del
individuo.
Un
problema de salud mental también afecta la forma cómo una persona piensa, se
siente, se comporta y se relaciona con los demás pero de manera menos severa
que un trastorno mental. Como tal un problema de salud mental es más común que
un trastorno mental y además, no es tan persistente en el tiempo.
En
algún momento de nuestra vida experimentamos por ejemplo sentimientos de tristeza,
ansiedad, insomnio, que pueden generarnos malestar y algunos inconvenientes
pero que no llegan a provocar un deterioro significativo en nuestra vida
social, laboral o en otras áreas importantes de la vida cotidiana.
Sus
manifestaciones no son suficientes para ser incluido dentro de un trastorno
específico según los criterios de las clasificaciones internacionales de
trastornos mentales.
Alteraciones
mentales que afectan al individuo en aspectos como su desempeño en el trabajo,
estudios, actividades de la vida diaria y relaciones interpersonales. Es decir,
dichas alteraciones interfieren en la funcionalidad y adaptación social,
familiar, ocupacional y/o de pareja del individuo.
Mundialmente,
existen dos clasificaciones de trastornos y problemas mentales (CIE-10 Y
DSM-5), las cuales orientan a los especialistas en la identificación de cuadros
clínicos y definición de diagnósticos.
Los
trastornos más comunes en el mundo son: depresión unipolar, trastorno bipolar,
esquizofrenia, epilepsia, consumo problemático de alcohol y de otras sustancias
psicoactivas, trastornos por estrés postraumático, trastorno obsesivo
compulsivo, trastorno de pánico e insomnio primario.
Cabe
resaltar que cualquier persona puede presentar un problema o un trastorno
mental en algún momento de su vida; esto depende de la forma como interactúen
sus factores genéticos, congénitos, biológicos, psicológicos, familiares,
sociales y los acontecimientos de su historia de vida.
Adicionalmente,
es importante saber que todo trastorno mental o todo problema mental puede
curarse, rehabilitarse o controlarse con un tratamiento adecuado; en muchas
ocasiones se combina el tratamiento farmacológico con medidas de rehabilitación
socio-laboral, psicoterapias y apoyo familiar.
Con
la detección temprana y la atención oportuna, la mayoría de personas con un
trastorno mental se recuperan rápidamente y ni siquiera necesita de cuidado
hospitalario. Otras necesitan estadías cortas en hospital para recibir su
tratamiento y, muy pocas personas con enfermedades mentales necesita de un
cuidado hospitalario prolongado.
BIBLIOGRAFÍA Y CIBERGRAFÍA:
- PROTOCOLO DE ATENCIÓN INTEGRAL EN SALUD CON ENFOQUE PSICOSOCIAL A VÍCTIMAS DEL CONFLICTO ARMADO. Gobierno de Colombia-Ministerio de Salud.
- https://www.minsalud.gov.co/sites/rid/Lists/BibliotecaDigital/RIDE/VS/PP/abc-salud-mental.pdf
- http://www.acreba.org/salud-mental/definicion-de-salud-y-enfermedad-mental/
- http://www.imss.gob.mx/salud-en-linea/salud-mental
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